viernes, 11 de julio de 2025

Por qué las mamás gritamos a nuestros hijos (aunque los amemos)

Madre abrazando a su hijo tras un momento difícil

Crío con amor… pero a veces pierdo el control...

 ¿Les ha pasado que terminan el día preguntándose por qué perdí la paciencia con mis hijos, si lo que más deseo es darles amor y calma?

Amo profundamente a mis hijos. Los amo con ese amor que no se puede medir, que no cabe en palabras. Elegí estar con ellos cada día, acompañarlos en su crecimiento, verlos reír, llorar, aprender, equivocarse y volver a intentarlo. Decidí cuidarlos, quedarme en casa y criarlos con respeto, empatía y amor. Pero a veces… también grito, no porque no los ame, sino porque me siento agotada, estresada, desbordada.

Cuando el cansancio me gana… me duele reaccionar así.

Hay momentos en los que siento que la paciencia no es mi mejor aliada. Cuando todo se acumula: el ruido, el desorden, la demanda constante, los conflictos entre hermanos, la casa en desorden... y en medio de ese caos, siento que pierdo la cabeza. Y grito.

Grito algo que no quería decir. Grito más de lo necesario. Y luego me invade esa sensación que muchas madres conocemos: la culpa. Esa que llega cuando ves sus ojitos tristes, o cuando se encierran en el silencio. Y te dices: Yo no quería ser esa mamá.

No quiero gritarles... quiero enseñarles con amor.

Yo no quiero educar con miedo. No quiero que mis hijos aprendan a obedecer por temor. Quiero que me respeten porque se sienten respetados. Quiero que confíen en mí incluso cuando me equivoco. Por eso estoy aprendiendo a dar mis disculpas cuando alzo la voz. Les explico que mamá también es humana, que a veces se cansa, que está aprendiendo junto a ellos. Estoy haciendo lo mejor que puedo.

Ser mamá no es ser perfecta… es ser real

No nací sabiendo cómo ser mamá. No hay manual para criar sin equivocarse. Pero sí sé que el amor que siento por ellos es más grande que cualquier error que pueda cometer.

Amo a mis hijos con el alma… y también me duele cuando fallo. Pero en cada abrazo, en cada disculpa, en cada intento… se nota cuánto los amo.

¿También te pasa? ¿También sientes culpa después de perder el control?

Sé que, como muchas mamás, a veces me siento agotada y pierdo la paciencia con mis hijos. Para manejar mejor esos momentos, me he apoyado en recursos que realmente ayudan. Libros como Disciplina sin lágrimas y El cerebro del niño Me enseñan técnicas de crianza respetuosa y manejo de emociones. Además, dedicar unos minutos al día para cuidar de mí misma marca la diferencia: practicar yoga con una alfombrillaantideslizante o usar un difusor de aceites esenciales me ayuda a relajarme y recargar energías.

Por qué las mamás gritamos a nuestros hijos (aunque los amemos)

Mis recomendaciones para mamás:

Libros como Disciplina sin lágrimas o El cerebro del niño y productos de autocuidado como una alfombrilla de yoga o un difusor de aceites esenciales ayudan a mantener la calma y disfrutar más los momentos con tus hijos.

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2 comentarios:

  1. Gracias por compartir esta reflexión tan honesta y profunda. Me sentí totalmente identificada con tus palabras. A veces creemos que amar a nuestros hijos significa nunca fallarles, pero como bien dices, ser mamá no es ser perfecta, es ser real. Me reconforta saber que no estoy sola en esos momentos de culpa y cansancio. Estoy aprendiendo, como tú, a pedir disculpas, a respirar antes de reaccionar, y a recordar que el amor también se muestra en los intentos por hacerlo mejor cada día. Gracias por ponerle voz a lo que muchas sentimos. Abrazos virtuales desde Venezuela.

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    1. Raquel, gracias por tus palabras 💛. Me alegra saber que te identificaste con lo que compartí. No estamos solas en este camino de la maternidad, y leerte también me reconforta. Un abrazo enorme hasta el vecino país, Venezuela 🤗.

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