Después
del regreso de nuestras vacaciones todo cambio, mi hija venia de estar todo el día rodeada de
niños, quienes vivían alrededor de la casa de mis familiares, jugaban, la visitaban,
corría, compartía, etc. Al llegar a
casa, a nuestra rutina, noto la diferencia, donde vivimos no es igual. Me
preguntaba por los nenes a cada instante; yo como de costumbre la llevo al parque porque
allá puede jugar y relacionarse.
En
mi angustia por verla así tome la decisión de llevarla una hora más al parque,
antes íbamos de 4: 30 pm a 5: 30 pm y cambiamos a este horario 4: 30 pm a 6: 30
pm. Todo esto buscando la manera que ella se sintiera bien, se entretuviera y
compartiera porque a pesar de todos los juegos que hacemos en casa a ella le hace falta
jugar con niños.
Hable
con mi Esposo y tomamos la decisión de probar llevándola a un Jardín Infantil que queda muy cerca de
la casa, una mañana Salí con mi niña a visitar las instalaciones y a dialogar
con los directivos. Llegamos la tenia cargada y cuando identifico que había
niños se quería bajar y jugar, se emociono.
Llegue a un acuerdo con la directora porque realmente solo quería que fuera
dos horas para que compartiera y probar a ver si se adaptaba ya que mis pensamientos
eran que ella ingresara al jardín a los 3 años y no a los 2 años y 4 meses.
Las
cosas se dieron de otro modo, el 16 de abril, fue su primer día en la escuela,
yo nerviosa, angustiada, al no saber cómo reaccionaría al dejarla en el jardín,
porque ella siempre ha estado conmigo, le explique todo el tiempo lo que estaba
pasando y lo que iba a pasar, llegamos le explique algunas cosas a su maestra
se sentó y se despidió tranquila, yo me quede sorprendida, Salí y me quede a
las afueras a ver si escuchaba un llanto y la que lloro fui yo, de verdad sentí
algo fuerte que las lagrimas no las pude contener.
Paso
toda la semana tranquila, la veía feliz, me contaba lo que hacía en la escuela,
me nombraba sus compañeros. Después de quince días me informaron que como se
había adaptado y que estaba muy tranquila, querían que se integrara a todas las
actividades de aprendizaje que realizaba el jardín y para ello debía dejarla
cumplir todo su horario que son 4 horas y media, yo al ver que ella estaba
contenta accedí e inicio su jornada escolar completa.
En
este proceso yo he quedado muy sorprendida, cuando la voy a recoger me cuenta come le fue y por todo el camino me
va contando lo que hizo, lo que merendó, me sonríe y habla y habla. Cuando
llegamos a casa no se quiere quitar el uniforme, los sábados me pregunta: mamá
colegio? Me habla de su seño (profesora), en fin, noto que la pasa bien, ahora
tenemos más cosas de que hablar y compartir.
No
dejamos de ir al parque y seguimos jugando en casa, ahora le sumamos las
actividades que le dejan de la escuela.
Pues es un alivio en gran parte, peor seria q se quedara llorando y sufriendo...no?
ResponderEliminarAsí es Viviana, la verdad ella esta muy contenta, se va muy entusiasmada y regresa igual y eso es lo que me tranquiliza, saber que no la pasa mal. Saludos
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