lunes, 1 de diciembre de 2025

Cómo recuperar energía siendo mamá: 10 hábitos reales que sí funcionan cuando estás agotada

Mamá cansada

Hay días en los que me levanto más cansada de lo que me acosté. Días en los que la casa parece hablar sola, mis hijos tienen mil cosas en la cabeza: tareas, actividades, prácticas deportivas, conversaciones que quieren tener conmigo… y yo solo quiero un ratito de silencio.

Ser mamá es hermoso, pero también es agotador. Y no hablo solo de sueño: es ese cansancio que viene de pensar tanto, resolver tanto y sostener tanto. A eso le sumo que tengo una condición de dolor crónico, que tampoco ayuda. Mi dolor crónico


Aunque mis hijos ya no son pequeños, igual demandan presencia, apoyo y acompañamiento. Y entre eso, la casa, mis dolores, mis pendientes y todo lo demás… mi energía a veces se va al piso.


Estos son 10 hábitos sencillos que me están ayudando a recuperarme día a día, sin complicarme y sin tener que cambiar toda mi rutina.


1. Respira antes de empezar el día:

No es meditar; es respirar profundo tres veces antes de pararte de la cama. A veces ese momentico marca la diferencia antes de lanzarte al día.


2. Tómatelo con calma:

No todo tiene que quedar perfecto. La cocina puede esperar, la ropa también. A veces el cansancio es más por la presión que por la tarea. Darte permiso de aflojar libera energía.


3. Cambia de ambiente aunque sea por 2 minutos

Salir al patio, pararte en la puerta, mirar el cielo, sentir el viento. Ese cambio de aire reinicia la cabeza y baja el nivel de estrés.


4. Toma agua y come algo real

Cuando pasamos el día corriendo, comemos cualquier cosa.

Un vaso de agua y una fruta estabilizan más de lo que parece.

Aunque realmente, casi siempre escojo un cafecito.


5. Haz una pausa cuando sientas que vas a explotar

Este punto lo estoy aprendiendo poco a poco, porque a veces los hijos nos llevan a un estado de explosión que debemos manejar. Respira, respira y respira. Échate agua en la cara, cierra los ojos. Las mamás hacemos mucho en piloto automático; parar te devuelve a ti misma.


6. Muévete un poquito

Baila una canción, estira la espalda, mueve los brazos, sacude las piernas. No es ejercicio completo: es destrabar el cuerpo.

Cinco minutos cambian el humor. Y hacer las actividades del hogar con música de fondo es de lo mejor.


7. Ordena solo UNA cosa

Cuando la casa se ve desordenada, la mente también se siente pesada. No intentes arreglar todo: elige una cosa.

Puede ser la mesa, el lavamanos o la cama. Un solo espacio limpio te da paz visual.


8. Háblate bonito

A veces nos decimos cosas feas en la mente:

“Qué cansada estoy”, “No rindo”, “No me alcanza el día”.

Cambia ese diálogo interno por algo más suave:

“Estoy haciendo lo mejor que puedo”. Te sorprendería cuánta energía recuperas cuando dejas de castigarte.


9. Ríete del caos

De verdad. A veces la mejor forma de sobrevivir es reírse de lo absurdo. Entrar al cuarto de tus hijos y verlo desordenado no da paz, pero muchas veces toca respirar hondo y calmarnos.

La risa baja la tensión y te regresa al presente.


10. Busca un momento para ti al final del día

No tiene que ser largo. 10 minutos.

Una ducha tranquila, una taza de té, escribir tres líneas, ver un videíto, estirarte un poquito. Ese pequeño ritual te recuerda que tú también importas.

Hábitos que funcionan
No necesitas ser una supermamá. Solo necesitas pequeñas cosas que te sostengan mientras tú sostienes a todos los demás. Y si hoy te sientes agotada, te abrazo desde aquí: estás haciendo más de lo que crees… y mejor de lo que piensas.